jueves, 6 de marzo de 2008

SOBRE LA COMUNICACIÓN VIRTUAL Y LA MULTIMEDIA


Por: Jorge Armando Piedrahita Cabrera.

El ser humano es irremediablemente un generador de ideas. Desde comienzos de nuestra historia, la evolución paulatina del hombre ha sido una constante a través de los permanentes descubrimientos e inventos. La era tecnológica, no podía escapar a este ciclo científico de adelantos. Sólo la aparición de la internet le quitó protagonismo a los medios tradicionales y cambió las costumbres de los adeptos a la radio y la televisión, ocasionando una inesperada revolución en la información, que aún hoy es motivo de investigación, pues el futuro se vislumbra guiado por la informática y las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (NTIC).

La prensa, la radio y la televisión, que están catalogados socialmente como el cuarto poder y sobre el cual edifican diariamente sus quehaceres acerca de lo que fue, es y será el proceso de la información, ha visto crecer otro medio masivo caracterizado por lo evolutivo de su tecnología; se trata de la internet, y con él su incidencia en procesos tan fundamentales como el de intercambio de mensajes, a través de la utilización y apropiación de herramientas como la comunicación virtual y la multimedia.

¿Voy a perder mi trabajo?

La era de la teleinformática caracterizada por la creación de celulares, portátiles, etc.; y la cibernética con los robots e implementos inteligentes en miniatura, han reemplazado la mano de obra humana (en su cantidad), por la de una máquina, configurada y operada a su vez por un ser humano, lo que hace que cada vez se requieran menos personas para desarrollar una función. En consecuencia, dichas máquinas que son mucho más veloces, tienen la ventaja de que no implican gastos logísticos ni de alimentación, como tampoco reclaman salario ni prestaciones sociales.

En la actualidad, la teleinformática y la cibernética, a través del uso de sistemas de información, de multimedia o de la continua interacción con la Internet, cuya mayoría de páginas estás compuestas por links o enlaces, o por hipervínculos hipertextuales o estructuras hipermediales, hacen parte vital del medio ambiente en el que se desarrollan los seres humanos. Hoy, existe la necesidad de trasladar a la universidad, los diferentes conceptos que para su adecuado manejo se requieren.

Pero no es solamente el proceso mecánico de realizar una actividad y aprenderla por repetición en la práctica, como por ejemplo al elaborar animaciones gráficas en flash, o al elaborar una presentación de diapositivas con animaciones, configurando cada una de ellas con efectos de entrada y de salida, música de fondo, hipervinculando imágenes, textos o videos e introduciendo la locución de su autor. No. Lo que se requiere es que los estudiantes aprendan y aprehendan acerca de los contenidos y su importancia. Que sepan cómo emitir un concepto y cómo elaborar y desarrollar una idea, además de saber cómo plantear los argumentos que definan los objetivos y su justificación. Que puedan medir el impacto social del trabajo que pretenden comunicar, y al mismo tiempo entender su rol en la sociedad.

Sí a las comunidades virtuales

Sólo trabajando mancomunadamente con los estudiantes, los docentes podrán participar activamente en la construcción de la gran base, sobre la cual las distintas sociedades edifican diariamente su futuro y sus quehaceres. De esta manera, creemos que la asesoría del profesor a sus alumnos se hace absolutamente necesaria; y qué mejor manera de hacerlo que a través de comunidades de acompañamiento virtual, tan en boga en esta época de auge tecnológico. Una de las características de las tecnologías multimedia, es la posibilidad de combinar imágenes, textos de todo tipo, documentos, datos, gráficos y sonidos musicales y de voz.
Vale la pena recordar que el vocablo multimedia aparece en la década de los 50, cuando se usaban distintos aparatos como proyectores de diapositivas sincronizados con reproductores de audio y, algunas veces, de vídeo, denominados sonovisos. Ahora, el estudiante es quien manipula la información desde su computador, ya que éste integra los diferentes medios, que son a la postre los que le van a permitir desarrollar un proceso eficaz de comunicación. Cuando se habla de multimedia y de multimedia interactiva se está haciendo referencia a la capacidad multicanal de información que gracias al computador, ya no se limita al estudiante a ser el receptor pasivo sino que ahora le permite participar activamente en la producción de un video, de un programa radial, o por qué no, de un cortometraje o un programa de televisión, perfectamente emitibles por la web.

Del hipertexto al hipermedia

Hipermedia es otra palabra asociada a los sistemas multimedia pero se diferencia en que la información se organiza y presenta de una forma no lineal, en la que el espectador accede a la información de la página web sin seguir una ruta preestablecida. De ahí que se hable de exploración, ya que éste navega a través del documento, siguiendo la intuición personal, el interés particular y con la posibilidad de realizar una retroalimentación, enviando una opinión a través del correo electrónico, participando en el foro de una comunidad virtual o llenando una encuesta o un formulario colgado en la red. También sería lo ideal, publicar un blog personalizado (uno por estudiante y uno por docente), en la red mundial de información (Internet), con base en un enlace ubicado en la página web de la Facultad, donde cada uno diga las consideraciones y las percepciones de carácter individual que se tengan frente a diferentes temas de interés general.
Finalmente, hay que señalar que uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta con el tratamiento de la multimedia, es la manera cómo se siente la gente que observa y escucha, y que se supone, ha de hacerlo de manera atenta; claro que eso depende mucho de quien oficia como emisor, es decir, quien prepara el material que se pretende mostrar y el discurso que se quiere dar a conocer. En otras palabras, hay que tener en cuenta la clase de personas a la que está dirigida la presentación. A la gente que asiste a la exposición o a la conferencia, por lo general debe dársele mucha más importancia, incluso, que al personaje mismo que la dicta, aún cuando este sea muy destacado (recuerden que parte de la importancia del conferencista o expositor, radica en el valor que le dé al público asistente.

Captar la atención de la gente

La idea es que la dinámica de la charla o del trabajo audiovisual a presentar, no sea improvisada, por lo que resulta más apropiado, preparar el material con suficiente antelación; para de esta manera, captar la mayor atención posible del auditorio, evitando así los bostezos, la incomodidad, el cansacio y le posterior adormecimiento de los asistentes. Para ello, debe generarse un ambiente apropiado que estimule el interés de la gente, a través de una gran efectividad y eficacia en la transmisión de información, en la agilidad de los mensajes, y en la claridad y precisión de los conceptos planteados.

Sin embargo, la percepción de movimiento, que sólo una buena combinación e integración de recursos comunicativos debe generar en el público presente, puede lograr que la presentación multimedial sea de gran éxito y reciba los mejores comentarios; además de una alta recordación las temáticas tratadas. Así las cosas, integrar en una misma presentación títulos y textos,: imágenes fijas como fotografías, gráficas, caricaturas e infogramas, con imágenes en vídeo, además de sonidos como voces, música, locuciones, entrevistas y jingles, y algunas animaciones, todo ello como un medio alternativo para explicar un concepto o hacer referencia a un tema determinado, es más estimulante y flexible que los medios tradicionales, la exposición o la clase magistral frente a un tablero o papelógrafo, en la que se acostumbra el uso de la voz y de la tiza o marcador.
Por último, es importante recordar que el uso de la multimedia igualmente permite que se planteen actividades de discusión, análisis y reflexión en torno de un planteamiento en general o de una temática en particular, y contrarresta, en buena parte, la apatía que la sociedad de hoy, pero especialmente la juventud, siente hacia la lectura y la escritura, sin que esto sea un condicionante para dejar de hacerlo o practicarlo.